Y ello porque desde hace ya varias décadas hemos venido padeciendo una campaña mundial de desinformación por parte de políticos, periodistas e incluso algunos científicos de pacotilla. Esta campaña ha logrado algo absurdo, la prohibición de la marihuana, pese a que los motivos esgrimidos para mantenerla no son sino rancias coartadas cuando no mentiras descaradas, y pese a que los únicos beneficiados por esta política son los traficantes, que en sus niveles más altos constituyen verdaderas mafias con más ingresos que muchas multinacionales y con cuotas de poder aún por descubrir.
Abril de 1997